Acueducto de Pegões

El Acueducto de Pegões es, sin duda, uno de los puntos obligados en un itinerario templario por el Tajo Medio: por su monumentalidad, por su entorno y por ser el lugar perfecto para contemplar la puesta de sol. En lo alto de la bóveda de la torre de acceso, podemos ver grabada la Cruz de la Orden de Cristo y los primeros bocetos del proyecto son del siglo XVI y estuvieron a cargo de Filippo Terzi, quien también fue maestro de obra del Convento de Cristo.

Es uno de los acueductos portugueses más grandes e imponentes y la conexión entre ambos monumentos es ineludible, ya que la construcción en los siglos XVI y XVII, con unos 6 kilómetros, se hizo con el objetivo de abastecer de agua al Convento. A lo largo de los siglos, los molinos han tenido varios dueños, pero siempre han mantenido su diseño original.